miércoles, 18 de enero de 2012

Machismo y sumisión masculina

Toda moneda tiene dos caras y un canto que las une. El machismo y la sumisión son dos caras de la misma moneda. Descubramos el canto, el centro, para no tener que caer en ninguno de los extremos. El machismo no es sino cobardía encubierta, ausencia de conciencia de la verdadera fuerza masculina. Fuerza del sostener, crear y dar. Del silencio a veces o de la palabra justa sin salirse de tono. La sumisión tiene muchas caras: obediencia rutinaria a la madre o a la pareja, miedo a disgustarla o al conflicto, dificultad para expresar lo que deseamos, queremos y proyectamos. Falta de costumbre de negociar como adultos necesidades y expectativas diferentes.
Descubrir las dos caras, ocultas o manifiestas, en cada uno de nosotros. Relacionarlas con lo que está ocurriendo en lo económico, lo social y lo político.Crear nuevas pautas de comportamiento en la vida privada y en la pública.
He aquí tres buenos objetivos por conseguir.
¿Quién apuesta o eleva la apuesta?

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